La disestesia oral es una condición que genera una sensación anormal y dolorosa en la cavidad bucal, que puede afectar la calidad de vida de quienes la padecen. Esta molestia puede presentarse como ardor, hormigueo o dolor punzante, sin que existan lesiones visibles. Conocer sus causas y tratamientos es clave para manejarla de forma adecuada.

¿Qué es la disestesia oral?

La disestesia oral se caracteriza por una percepción dolorosa sin estímulo evidente, afectando la lengua, encías, paladar o labios. A menudo se confunde con el síndrome de boca ardiente, aunque no siempre comparten las mismas causas.

Principales causas de la disestesia oral

Esta condición puede tener múltiples orígenes, y comprender sus causas es fundamental para un diagnóstico y tratamiento efectivos. Esta condición no siempre está relacionada con problemas visibles en la boca, lo que puede dificultar su identificación. Factores neurológicos, psicológicos, medicamentos y lesiones físicas pueden desencadenar la aparición de este síntoma molesto y persistente. A continuación, se detallan las principales causas que pueden provocar esta sensación anormal y dolorosa en la cavidad bucal:

• Lesiones nerviosas: cirugías dentales o traumatismos pueden dañar nervios orales.
• Trastornos neurológicos: enfermedades como la esclerosis múltiple pueden desencadenarla.
• Factores psicológicos: estrés, ansiedad o depresión pueden influir en su aparición.
• Medicamentos: algunos tratamientos farmacológicos provocan alteraciones sensoriales.

¿Cuáles son sus síntomas más comunes?

• Dolor o ardor persistente en la boca.
• Hormigueo o sensación de “descarga eléctrica”.
• Cambios en el gusto o sensación de sequedad bucal.

Opciones de tratamiento

El tratamiento puede incluir analgésicos, antidepresivos o medicamentos anticonvulsivos, según la causa. Se pueden utilizar terapias complementarias como:

• Técnicas de relajación y manejo del estrés.
• Cambios en la dieta para evitar alimentos irritantes.

¿Cuándo consultar a un especialista?

Si experimentas síntomas persistentes, es fundamental consultar a un profesional para un diagnóstico adecuado y evitar complicaciones.

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